Son dos maneras de vender el mismo producto, tu tiempo y tus conocimientos, cambiándoles podríamos decir el envoltorio.
Aunque estás vendiendo lo mismo los resultados son totalmente distintos.
Veamos el primer caso: vender tu perfil para encontrar empleo. Te preparas un buen curriculum y repartes copias y lo pones en internet. En este caso tu éxito dependerá de la coincidencia con los requerimientos de las empresas: títulos, historial, experiencia, apariencia física y la edad como factor determinante. Si no hay coincidencia (descartamos el enchufe) no tienes nada que hacer.
Segundo caso: vendes tu trabajo, es decir vas por libre. Nada importan los requerimientos personales. Al que encarga un trabajo o te compra algo no le importa quien eres, ni tu curriculum ni tus títulos, si eres guapo o feo, joven o viejo, hombre o mujer, o lo que seas. El que te compra tu producto sólo le preocupa quedar satisfecho. Al que te encarga que le cambies un grifo sólo le importa que el trabajo esté bien hecho y si el precio es bueno mejor que mejor.
Si vas por libre te tienes que ocupar de hacerte una buena reputación y de tener buenas referencias.
Si no puedes acceder al mercado laboral lánzate por libre. Pon anuncios por internet, reparte tarjertas y participa de las plataformas freelance