En mi primerísima juventud el afterwork, todos los títulos son ahora en inglés, era "anar de tapas", una ruta muy divertida que los bares y bodegas eliminaron por razones que nunca he llegado a entender. Quizás por el deseo de retener a los clientes y no verlos partir a casa del vecino.
Para ser empresario hay que tener un número de emociones bajo control y un alto grado de iniciativa y el que no sea capaz es mejor que se dedique a freir patatas en un burguer.
Hoy días las rutas de tapas, salvo excepciones, no han cuajado y si funcionan los locales con caña + buena tapa como oferta habitual.
En Palma de Mallorca creo que la fórmula arrancó en el Rafal o en La Tapa del Molinar y se ha extendido.
Con el concepto Afterwork funciona bien la cosa. Esta es un descripción de
Rosso Porpora de Barcelona:
"Este es un afterwork como Dios manda, a la italiana, sin escatimar nada. Me explico: pagas un precio módico para consumir alguna bebida y, ¡mamma mia! podéis engullir un surtido brutal de tapas italianas -platillos, ensaladas, en fin, una locura- hasta alcanzar el tan deseado infarto estomacal. Comienzan a las 19.30 y la comida se acaba a las 21 h.¿Es una lágrima lo que veo en vuestros ojos? Es comprensible."
Organizando una peña se puede tratar con locales para hacer un afterwork. Las fórmulas pueden ser todo lo variadas que uno pueda imaginar: cada día en un local distinto, llevar comida fría y comprar botellas de vino en el local... o simplemente acudir a los locales que hagan una oferta interesante aportando el añadido de la interrelación de amistad que crea la peña con la consiguiente diversión en grupo. Aquí tienes fórmulas para montar una peña
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