Serenísima: siento envidia... ayúdame.
Respuesta de Jili Poleli
La ayuda más rápida que te puedo recomendar es el Incienso contra la envidia. Es curiosa tu confesión, ya que lo común es atribuir a los demás las cualidades consideradas negativas. Justo hace unos días, estando en una reunión espirituosa, Monis~sima habló del placer que le producía la envidia que provocaban su deseable cuerpo y su belleza. Ahí caí en la cuenta de que yo también experimentaba ese placer, hoy día no tanto por deseable por mi cuerpo pero sí por mi inteligencia, mi cultura y mi belleza interior. Intervino el Anomante del CoSa: gracia me hace cuando se alaba a la "envidia positiva", la supuestamente constructiva, dando por sentado que estamos en el mundo para construir y encima como se supiese que es lo que se debe construir. Hace ya tiempo leí una descripción de la envidia "una de las maneras más tristes de ser pobre"; sentirse una estrella o un desgraciado es gratis y por tanto algo al alcance de cualquiera, de ahí sacar satisfacción sobre la real o imaginaria envidia ajena considero es mayor pobreza que el dolor inútil producido por el bien ajeno al envidioso. Mientras gusto o ira se queden en uno no dejan de ser una paja mental, distinto será el caso y distintas serán las consecuencias si estas fantasías se trasladan a los demás. Para evitar desengaños o males innecesarios, la envidia, en todas sus facetas, debe ser de consumo estrictamente privado y, recordad bombones, la imbecilidad sólo se destruye cuando se comprende su ridiculez.
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